Enemigos de Jardín son esencialmente bélicos y están bastante verdes, su posología recomienda lo de siempre, 
no consumir en grandes dosis y mantener fuera del alcance de los niños. Uso oral no tópico. 
No hay teléfono para casos de urgencia, pues en general saben que uno solo se apaña.



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¿No tenéis la extraña sensación de que nos estamos yendo a la mierda? De que una patata es arte, de que la música es sólo Amaia Montero, de que la literatura es sólo Jorge Bucay, de que el cine es sólo la nauseabunda Fuga de Cerebros, de que sales de la Universidad no sabiendo ni escribir tu nombre, de que al Amazonas le quedan menos árboles que a la Plaza San Justo de Salamanca.
Bien, la tesis que hemos venido a compartir con vosotros, es la de una refundación de la historiografía moderna. Nuestra propuesta es la de que hay dos momentos históricos fundamentales, dos hitos que constituyen una fractura temporal tan acentuada que marcan el final y el inicio, el antes y el después de nuestra condición humana actual. El primero de ellos es el momento en el que a Concha Velasco le diagnostican pérdidas de orina.




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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues espera a que se lo diagnostiquen a José María Aznar. ¿Qué sería de nuestro país sin ese señor? Tal vez nos convertiríamos en Marruecos o Italia. Sucedería algo desastroso, algo que NO PUEDE SUCEDER. España muerta en el regazo de una Concha decrépita.

Necesitamos a D. José María, sus libros, sus palabras, sus opiniones, sus profundos pensamientos, sus fuertes abdominales. Quien está en contra de José María no tiene amor por sí mismo. Él representa el mesianismo de nuestra (m)amada patria, el zar de los postmodernos, de los ultramodernos, de los hiperpostpostpost-odiernos. Hay que usar más monosílabos. Confiemos en esa pareja. España necesita un caudillo y muchos pueden engendrarlo. Pero yo quiero que sea el hijo de José María y Concha. Sería muy entretenido.

Sois geniales
Un abrazo
Dimiter

Peliroja dijo...

¡Menos mal! Pensaba que yo era la única que veía las cosas así, y que me estaba convirtiendo en una especie de Abuelita Cebolleta.

No me gusta la música de ahora, ni el cine, ni las revistas, ni los cómics, ni los best-sellers, ni la autoayuda, ni la estupidez creciente... todo es peor ahora.

Pero menos mal que a veces nos reímos. Ayer estuve en el Horiginal, os felicito, me lo pasé muy bien.